¿Qué debemos esperar para 2024?

por | Ene 8, 2024 | Economía | 0 Comentarios

Muchos pensamos que «la cosa» no va bien. Otros, más optimistas, piensan que no es para tanto, que el Presidente del Gobierno ha dicho que nuestra economía va «como una moto» y por tanto, seguiremos gozando de una buena situación económica.

Voy a intentar ser lo más objetivo posible, usando referencias a informes, presentaciones y opiniones de expertos que he leído en estos últimos meses, aderezando todo con mi opinión particular, pues para eso estamos en mi blog. Me centraré en varios indicadores, que a mi entender pueden preocupar a todo el mundo, por su relevancia en la vida de los españoles: PIB, Pensiones, Gasto Público, Deuda y Poder adquisitivo.

Comencemos con el PIB, fiel reflejo del crecimiento de un país. Según FUNCAS, en su informe «Previsiones económicas para España 2023-2024″, España no llegó a recuperar el PIB del 2019 hasta finales del 2022, esto es, 3 años, y fundamentalmente por el consumo público. Incluso EL PAIS, frecuentemente a favor del optimismo del Gobierno actual, en su titular del 23 de Junio de este año, anunciaba «La economía española crece un 0,6% en el primer trimestre y recupera el nivel pre pandemia», es decir, casi 4 años para recuperarnos a nivel del 2019.

Según el ranking de 53 países que analiza Expansión, España se encuentra como economía 14 de los 53 en función de su PIB, pero en el número 26 de los 53 en PIB per capita, por lo que los españoles tenemos un indice muy bajo de riqueza.

Por otro lado, la deuda pública, es decir, lo que debemos como país, está en su récord histórico y ha alcanzado el 115,6% del PIB, más de 1,5 Billones de euros. Esto quiere decir que España tiene que pagar, solo en intereses de esa deuda, la friolera de 5 millones de euros cada hora, una auténtica barbaridad. Esto implica que cada español debe, además de sus deudas personales, más de 32.000 euros por persona. O lo que es lo mismo, solo los intereses suponen el 6,5% de los Presupuestos Generales de Estado, más que las partidas de desempleo, justicia, sanidad y educación juntas.

Seguimos con los precios y el IPC. Combustibles, gas, alimentación, todo anda desbocado, aunque diga nuestra Ministra de Economía que ella compra barato. Según el INE, en IPC general anual a agosto de 2023 era del 2,6% y el subyacente del 6,1. Por ejemplo, el IPC de alimentos a Junio de este año era del 10,1%. Esto nos indica que los precios, y por tanto el coste de la vida, ha subido de forma desproporcionada y agobia a las familias mes tras mes. Si consideramos estas subidas en 2 o 3 años, se hace insostenible tanto para ciudadanos de a pie como para las empresas.

Hablemos del EURIBOR. En la tabla que os adjunto, vemos claramente que su evolución en los últimos 20 años supone casi duplicar este indicador, pasando del 2,18% en 2012 al 4,07% en estos momentos. Esto supone que en una hipoteca de 200.000 euros a 25 años, estaríamos pagando anualmente la friolera de 2.400 euros más en el 2023. Y no parece que la evolución prevista vaya a ser mejor, «el BCE y la FED avisan que la crisis de precios durará tres años más«.

Podría seguir hablando de más indicadores, pero no quiero aburriros. Solo pretendo analizar con objetividad la situación real de nuestra economía para que seamos capaces de tomar mejores decisiones. ¿Que debemos esperar para 2024?¿Cómo debemos prepararnos?. Si bien ninguno tenemos la bola de cristal para predecir el futuro, si que es verdad que no es alentador. No parece que el Banco Central Europeo se plantee bajar los tipos a corto plazo. Sin duda ya se sabe que los precios de los combustibles, tras la decisión de la OPEP de reducir la producción, tampoco van a bajar, con lo que el encarecimiento de dichos combustibles traerá consigo subidas en transportes y por tanto, controlar el IPC parece difícil.

Quien vaya a dirigir nuestro país en los próximos años, no lo tiene fácil. El pago de intereses de una deuda elevada (y su necesaria reducción), un paro que no parece que vaya a mejorar a corto plazo (tasa de paro en torno al 13%) y unos indicadores nada favorables, pronostican una situación muy delicada. Yo confío que, pese a la disminución del ahorro de las familias, pues su poder adquisitivo se ha visto muy mermado, podamos aumentar ligeramente el consumo y seguir ahorrando, aunque sean pequeñas cantidades. También espero que los fondos europeos que quedan por adjudicarse, se usen adecuadamente para cambiar nuestro modelo productivo y potencien la digitalización, la mejora de infraestructuras, la creación de empleo y apoyen una base industrial más solida y menos basada en los servicios.

Procurar estar atentos a la evolución de estos indicadores económicos a corto y medio plazo, no os confiéis, y si podéis, ahorrar y gastar en lo estrictamente necesario evitando lo superfluo. Confiemos en que no se aumente la presión fiscal por parte de las Administraciones Públicas y que estas contengan el gasto y sean más eficientes, lo que disminuirá la necesidad de más emisión de deuda pública. No nos hagamos trampas al solitario, dejemos de ver «brotes verdes» y seamos conscientes que somos más pobres que hace 10 años.

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