Quiero empezar pidiendo perdón porque usar el término “Business Plan” no me gusta, no porque no refleje el significado, sino porque en castellano tenemos términos perfectamente válidos que incluso amplían el significado anglosajón.

¿Qué es un plan de negocio? ¿Cómo tengo que abordarlo? ¿Es útil? ¿Voy a necesitar ayuda? ¿Cuánto tiempo tengo que dedicarle? ¿Para qué me sirve?

Como el tema en cuestión es amplio, este va a ser mi primer post para acercarse a la definición y como debe abordarse su elaboración, seas tú solo como autónomo o tengas pensado montar una empresa con alguien más. Cuando pensamos en una idea de negocio y queremos llevarla a la práctica, siempre pululan por nuestra mente muchos temas que normalmente no abordamos con eficacia, los pensamos, en algunos casos tomamos alguna nota, pero siempre se nos acaban quedando en el tintero muchas cosas. ¿Qué hago, me doy de alta como autónomo o constituyo une empresa? ¿Quién va a ser mi cliente? ¿Voy a tener canal de distribución? ¿Cuánto dinero me cuesta arrancar? ¿Cuánto necesito hasta llegar al punto de equilibrio? Hay mil cosas que debemos tener en cuenta y todas se nos superponen unas con otras, incluso, al principio, llegando a sobrepasar nuestra capacidad de asimilarlas todas en su conjunto.

Antes de abordar una definición de Plan de Negocio, voy a daros unos consejos que sería bueno tuvierais en cuenta antes de empezar:

1. Ya no soy lo que era, mi situación es distinta.
2. Mis recursos son limitados y mi tiempo también lo es. Subcontratación vs “hazlo tú mismo”.
3. Ya no me compran, me tengo que vender.
4. Cualquier contacto es un potencial cliente.
5. Primera regla de la venta: “Un cliente satisfecho te traerá un nuevo cliente, uno insatisfecho te quitará 10”.
6. Tengo que estar en continuo aprendizaje: ventas, finanzas, marketing, etc.

¿Por qué os digo esto? Antes de acometer el plan de negocio, debéis de ser conscientes de a que os enfrentáis, y no quiero asustar a nadie que quiera emprender, simplemente es porque he visto fracasar proyectos por el mero hecho de no ser realistas con la nueva situación de partida en la que nos encontramos cuando decidimos emprender. Es muy común pensar, “con mi formación y experiencia, esto no puede ser tan difícil” o “con la cantidad de contactos que tengo, seguro que tendré muchos clientes”.

Muchas veces el fracaso llega por no saber medir dónde estamos, quienes somos en realidad en este momento, y actuar con una cierta “prepotencia” considerando lo que hemos sido y no lo que realmente somos ahora. Esto no quiere decir que no nos «lancemos al ruedo» del emprendimiento, ni mucho menos, el emprendedor tiene que tener decisión, estar dispuesto a asumir riesgos y a equivocarse, eso si, dispuesto tambien a levantarse y volver a empezar, pero todo con cabeza, pensando y estudiando bien los pasos a seguir.

Dicho esto, empecemos. Os voy a dar una de las mil definiciones que podéis encontrar sobre qué es un Plan de Negocio, pero que a i me pareció bastante completa. “El plan de negocio puede ser una representación comercial del modelo que seguirá la empresa. Reúne la información verbal y gráfica de lo que el negocio es y tendrá que ser. También se lo considera una síntesis de cómo el dueño de un negocio intentará organizar una labor empresarial y llevar a cabo las actividades necesarias y suficientes para que tenga éxito”.   Os dejo ahora que recapacitéis sobre estas ideas unos días para continuar profundizando en el próximo post sobre este desconocido que es el Plan de Negocio.

Por último, una frase que me encanta de San Agustín y que refleja la actitud que un emprendedor siempre debería seguir: “Reza como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti”.